Introducción
Queremos presentar con profunda alegría este material y dar
gracias especialmente por el trabajo de donde se ha tomado casi en su mayoría,
es el fruto de la experiencia que por muchos años realizo el P. Iñaki Huarte
S.J, con diversos grupos especialmente en Barquisimeto y Caracas, “Despertar a una Vida Diferente”. Se han
realizado algunos retoques tratando de contextualizar el material citado.
Los ejercicios en la vida corriente proponen un “modo y orden”
especial. Necesitan ser realizados desde la Gracia que Dios nos ofrece y desde
una opción libre por parte de quien se atreve a realizar la experiencia, para
que esa Gracia pueda encontrar canales donde se desarrolle. Esa es la
invitación principal, recorrer este camino que nos ofrece Ignacio de Loyola con
“ánimo y liberalidad”.
Primer Bloque
I.
San Ignacio de Loyola.
Antes de conversar sobre lo que son los
EJERCICIOS ESPIRITUALES EN LA VIDA CORRIENTE (EVC), vamos a recordar quién era
S. Ignacio de Loyola, que fue precisamente quien vivió y experimentó, como un
regalo de Dios, esa experiencia espiritual y luego nos la trasmitió a nosotros,
en lo que llamamos Ejercicios Espirituales.
1. S. Ignacio de Loyola. Es el fundador de
la Compañía de Jesús, la Orden religiosa a la que pertenecen los Jesuitas, que
desde hace años conocemos y sabemos que trabajan en Venezuela y otros sitios
del mundo.
2. Nació en Loyola en 1491. Hasta los
treinta años vivió muy centrado en sí mismo, buscando el prestigio, el honor y
el “quedar bien”, el ser importante. Por eso, en este tiempo de su vida, quiso
sobresalir en poder y riqueza y trabajó como militar al servicio de señores
nobles y de reyes. Pero precisamente, defendiendo el honor de esos señores,
participó en una guerra y fue herido en Pamplona. Durante una larga
convalecencia en su casa de Loyola, tuvo tiempo para leer historias de santos y
la Vida de Cristo y así comenzó a comprender que, hasta entonces, su vida no
había tenido mucho sentido y que quería ofrecerla a Dios, y ser santo como
habían sido otros santos: Santo Domingo y S. Francisco de Asís, por ejemplo. Él
mismo nos describe así la experiencia espiritual que vivió mientras se reponía
de su herida:
“Y
porque era muy dado a leer libros mundanos y falsos, que suelen llamar de
‘caballeras’, al sentirme bien, pedí que me dieran algunos para pasar el
tiempo. Pero en esa casa no se halló ninguno de los que yo solía leer. Así, me
dieron una ‘Vita Christi’ - Vida de Cristo - y un libro de la vida de los
Santos. Leyéndolos muchas veces, algún tanto me aficionaba a lo que allí estaba
escrito; pero dejándolos de leer, algunas veces me detenía a pensar en las cosas
que había leído, y otras veces en las cosas del mundo en que antes solía
pensar. Y de muchas vanidades que se me ofrecían... ... cuando pensaba en
aquello del mundo, me deleitaba mucho; pero cuando ya cansado, lo dejaba, me
encontraba seco, triste y descontento; y cuando pensaba en ir a Jerusalén
descalzo y no comer sino hierbas y en hacer todos los demás rigores que veía
que habían hecho los santos, no solamente me consolaba cuando estaba pensando
en esas cosas, sino que aun después de dejarlos quedaba contento y alegre...
... Luego comprendí la diferencia de lo que me pasaba, de los distintos
sentimientos, y comencé a maravillarme de esta diferencia y a reflexionar sobre
la misma, comprendiendo por experiencia que unos pensamientos y sentimientos me
dejaban triste y otros alegre y contento, y poco a poco llegué a conocer la
diversidad de espíritus que me agitaban: uno del demonio, del mal espíritu, y
otro de Dios”.
(Autobiografía).
3. Así, Ignacio, con su propia experiencia,
se fue haciendo un maestro de la vida espiritual, por ejemplo, por medio de los
Ejercicios Espirituales, y que son este camino que comenzamos a hacer nosotros
ahora en nuestra vida.
4. Al comienzo de su conversión, pensó que
lo mejor para estar con Jesús era ir a Jerusalén, lugar en que había vivido
Jesús y donde había sido crucificado. Pero, después, fue descubriendo que
Jerusalén era todo el mundo. Jesús vive en todo el mundo y todo el mundo
necesita la luz de Jesús.
5. También al principio, pensó que todo eso
lo podía hacer solo. Que no necesitaba de otros compañeros. Pero más tarde vio
que convenía, para poder realizar su sueño, el juntarse con unos amigos que
tenían el mismo ideal de seguir a Jesús, y por eso luego fundó la Compañía de
Jesús (Jesuitas).
6. Pero antes de concretar su proyecto,
hizo y recorrió un largo camino, no sólo por muchas ciudades y pueblos (porque
viajó por Loyola, Monserrat, Manresa, Jerusalén, Barcelona, Alcalá, Salamanca y
luego París, Venecia, Roma...) sino que también vivió un camino espiritual,
porque todo este tiempo, tenía los ojos puestos, fijos en Jesús y quería
siempre conocerlo mejor, para más amarle y mejor seguirle: “conocimiento
interno de Jesús para que más le ame y le siga”.
7. Ignacio, en su vida como peregrino y en
su búsqueda de lo que podía hacer por Dios, acude a la Virgen María para que lo
proteja siempre y para que sea quien lo lleve por buen camino y por eso visita
capillas, santuarios en donde se veneraba a María Santísima y esto lo hacía con
muchísima devoción.
8. En esta etapa de su vida como peregrino,
Ignacio vivió durante un año en Manresa (1522-1523) y allí tuvo una experiencia
mística del amor de Dios y que está en el origen del libro de los Ejercicios
Espirituales.
9. Durante todos estos años, Ignacio sintió
deseos de santidad, de entrega a los demás, quería ayudar a los más pobres,
deseaba hacer mucha oración, y también sufrió tentaciones, desánimos,
persecuciones, hambre, enfermedad, dificultades para convertirse de verdad a
Dios y para formar el grupo de compañeros... Y siempre, en todo ese recorrido
veía y sentía mucho que Dios le “trataba
de la misma manera que trata un maestro de escuela a un niño, es decir,
enseñándole”. (Autobiografía).
10. S. Ignacio iba escribiendo todo lo que
vivía. Tomaba notas. Descubría lo que venía de Dios y lo que era tentación de
volver a vivir centrado en sí mismo. Más tarde, organizó estas notas, de manera
pedagógica, en un libro muy pequeño, para que otros las pudiéramos entender, y
las propuso a otros amigos que querían seguir un camino espiritual como el que
había recorrido él. Y este camino, este método, que lo fue preparando durante
años, es lo que llamamos: EJERCICIOS ESPIRITUALES.
Si quieres leer el bloque completo puedes ingresar a: EE.V.C
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